Mario Roberto Santucho Vive

santucho-vive-960x460Hace 40 años moría en combate, contra fuerzas del Ejército, Mario Roberto Santucho. De una trayectoria revolucionaria comparable con la del Che Guevara, luchó y murió por los pobres hasta convertirse en el líder de la revolución que estaba desarrollándose en nuestra Patria. Había nacido en Santiago del Estero en 1936. Desde muy joven comprendió que las injusticias que sufría el pueblo provenían de la explotación que los capitalistas someten a los trabajadores y a las trabajadoras.
Tenía una gran firmeza de carácter que le permitió enfrentar el poder de los grandes capitalistas, explotadores del pueblo y causante de sus miserias y privaciones, y a las fuerzas militares que defienden esa explotación. Esa determinación lo llevó a ser el fundador y principal dirigente del mayor partido de la clase obrera en nuestro país: el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
En 1969, tras el estallido social conocido como el Cordobazo, el PRT comprendió que el pueblo que se había despertado para derrotar a la dictadura de Onganía, necesitaba de una herramienta capaz de defender hasta las últimas consecuencias las ideas de un pueblo que quería vivir bien y tomaba conciencia de que ningún partido político que no fuera del pueblo trabajador (y mucho menos una dictadura) iba a pelear por ellos. Así surge el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), del cual Mario Roberto Santucho fue, por su inteligencia, su coraje y su temple, el Comandante Jefe.
Sin embargo, y tal como lo expresara el propio Santucho en las editoriales del periódico del Partido, la caída de la dictadura no instalaría un gobierno revolucionario de inmediato, sino que llegaría un gobierno del peronismo burgués que buscaría conciliar a los sectores que viven de su trabajo con sus propios explotadores. Y Santucho no se equivocó.
Pero un pueblo que ha despertado es difícil de dominar y, tras la caída del tercer gobierno peronista, asomó la feroz dictadura genocida y contrarrevolucionaria que eliminó a fuerza de masacres y torturas, las esperanzas de un pueblo que empezaba a luchar por el socialismo.
Como correspondía a un jefe consecuente, Santucho inmediatamente se puso al frente de la organización de la resistencia, y fue en ese puesto de combate que cayó luchando el 19 de julio de 1976. Junto a él también cayeron en combate o fueron desaparecidos Benito Urteaga, Domingo Menna, Liliana Delfino, Fernando Gertel y Ana Lanzilloto todos dirigentes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En los años que siguieron, la derrota revolucionaria facilitó el aumento de la explotación a los trabajadores y se extendió la pobreza entre nuestro pueblo.
Pero el carácter terrorista y genocida de la Dictadura sólo se explica porque los capitalistas entraron en pánico por el temor de perder sus privilegios. El pueblo fue castigado por haber luchado por sus propios intereses sin seguir a ningún sector de la clase dominante y sus partidos. Por haber iniciado la construcción de su propio Partido y de sus propias organizaciones sindicales y sociales.
Esto último explica por qué durante años se ha ocultado a las nuevas generaciones la historia del PRT, del ERP y de su máximo dirigente Mario Roberto Santucho. Para que nunca el pueblo trabajador desarrolle su propia política y continúe teniendo expectativas en dirigentes capitalistas como Macri o Cristina.
Muy por el contrario, para quienes seguimos el ejemplo del “Roby” la política se basa en la hermandad, el compañerismo y la solidaridad entre los trabajadores y las trabajadoras, que son los principios del socialismo. Y como somos vigilantes de esa solidaridad y honestidad, en nuestras filas no se alinean los que quieren enriquecerse a costa del pueblo. Y en esta concepción también Santucho fue guía de aquella generación de revolucionarios cuyos valores estaba tomando gran parte de la clase trabajadora.
Desde la Rebelión del 2001 que las fuerzas guevaristas o santuchistas nos venimos reorganizando. Llamamos a nuestra clase trabajadora y a nuestro pueblo a rodearlas con su solidaridad e incrementarlas con el aporte solidario y militante de sus hijos más abnegados y honestos.
Santucho vivirá si sus enseñanzas y sus valores se asientan cada día más en amplios sectores del pueblo trabajador. Porque si en el presente luchamos y somos capaces de derrotar el egoísmo, hoy representado por Macri y sus bandoleros, seguramente el futuro será de los trabajadores y el pueblo.

¡Llamamos al pueblo trabajador a engrosar las filas del guevarismo!

¡Vivan Santucho y sus compañeros!

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